viernes, 15 de junio de 2007

TRIANGULO IXIL

Parece que tras unas semanas bastante insulsas, empezábamos a retomar ritmo de viaje, en esta ocasión nos íbamos a los Cuchumatanes, pero ¿Dónde cojones estaban los Cuchumatanes?, parecía que ninguno de los que íbamos a ir en el viaje lo teníamos muy claro, pero bueno, ¡QUE VIVA LA AVENTURA!.

Tras salir el viernes, ¡POR FIN UN FINDE SALIMOS, RELATIVAMENTE PRONTO! (Pero no “A la hora planeada”). Nos fuimos a la Antigua a recoger a la Seño Marta y la Seño María. Tras tomar un café y pagar a la autoridad para que nos quitara el Cepo (el finde que no nos pase nada…) nos fuimos camino a Chichicastenango, único lugar por el cual estábamos seguros de que teníamos que pasar, para llegar a los Cuchumatanes, lugar que aun no habíamos definido muy bien.

Tras parar en Katok para reunirnos con Idoia y Luís, finalmente definimos que íbamos a hacer el fin de semana, decantándonos por la opción del Triangulo Ixil (Cuchumatanes de Quiché), frente a Todos Santos (Cuchumatanes de Huehue).

Para los incultos, como yo, el Triangulo Ixil no pasaría de ser tres pueblecitos del altiplano guatemalteco, en embargo (¡¡¡GAÑAAAAANNNN!!!) la historia de estos pueblos está ligada a la guerra civil y a las represalias militares que se llevaron a cabo durante la misma, contra la población civil y contra los guerrilleros que se situaron en dicha zona.


El Paisaje, a medida que te ibas adentrando en las montañas iba siendo cada vez más similar a un paisaje de montaña europeo, predominando los pinares y los pastos cercanos a las carreteras, en pendientes suavemente y onduladas (¡joer!, ¡Hoy estoy inspirado!) XD


Tras llegar a Nebaj, primer pueblo del Triangulo Ixil, se nos planteaba una serie de dudas existenciales, “¿A que cojones habíamos ido al Triangulo Ixil?”, una de las motivaciones era la de contemplar el paisaje, el cual la verdad era totalmente distinto a cualquier otro que hubiéramos visitado en Guatemala, otra motivación era la de hacer un poquitin de actividad física, como por ejemplo hacer un poco de senderismo.


Después de concienciarnos en que a lo que habíamos ido allí, era, aparte de poder observar el paisaje, hacer un poco de senderismo, se nos planteaba otra duda ¿Qué ruta íbamos a hacer?, esa duda se resolvió pronto, cuando con la ayuda de la Lonely Planet, encontramos un grupo de guías, en El Descanso, pequeño y acogedor restaurante, donde aprovechamos para almorzar y descansar antes de iniciar la caminata.


Después del descanso y tras encontrar hotel donde pasar la noche (el juego que puede dar una moneda) nos dirigimos de nuevo a El Descanso, donde nos esperaba nuestro guía, Felipe. Desde allí iniciamos nuestra ruta hacía la Cascada de Plata, ruta que nos llevaría por un bonito sendero, durante aproximadamente una hora, camino por el cual pudimos apreciar de nuevo el bonito paisaje y la fauna local, principalmente vacas XD


Tras llegar a la Cascada de Plata y hacer un alto para contemplar la misma, objeto de la pateada, nos dispusimos a desandar el camino, ahora tocaba subir, para ir a visitar los lugares sagrados en el pueblo de Nebaj.


Ya de regreso, nos detuvimos en la que fue la primera iglesia de Nebaj, donde estuvimos descansando un rato y entreteniendo a los niños que había por la zona, los cuales estaban anonadados con la cámara de Myriam.



Tras el descanso, nos fuimos a los lugares sagrados, en concreto dos Altares Mayas y el cementerio de Nebaj, que como todos los cementerios que he visto en Guatemala, se caracteriza por lo colorido de sus tumbas.

Finalmente regresamos a Nebaj y nos dimos un merecido descanso en el hotel, antes de ir de nuevo a El Descanso, esta vez para cenar. Después de la cena la diversión no duró mucho, ya que parecía que como el propio nombre lo indicaba, el personal del lugar tenia ganas de descansar, así que nos fuimos al hotel a hacer lo propio.


Por la mañana, de nuevo a El Descanso, ya teníamos el triplete (Desayuno, almuerzo y cena) y a continuar visitando los pueblos del Triangulo Ixil. En primer lugar fuimos a Chajul, y la verdad creo que todos quedamos fascinados tanto por su distintiva arquitectura, como por su preciosa iglesia, por lo cual, pese a que en un principio no tenia mucha esperanzas de sacar nada de esa mañana, al final mereció la pena el recorrido. No obtuve la misma opinión de Cotzal, ya que a primera vista no me pareció ver nada que tuviera el siguiente interés, pero también es cierto que ya que en la plaza de la iglesia no había sitio para parquear, ni siquiera nos detuvimos unos minutos. Tras nuestra breve visita a Cotzal, nos pusimos rumbo a Chichicastenango, a visitar el mercado.


¡Por fin! Chichicastenango, el Mercado de los Mercados, la verdad es que es muy grande y también me alegro de no haber llevado a mis padres allí, ya que hubiéramos tenido que embarcar todo lo que hubieran comprado en un container de 20 pies, además ¡MADRE! No te hubieras perdido nada, ya que no tenía ninguna novedad frente al resto de mercados. A parte del Mercado visitamos las dos iglesias de Chichicastenango, en una de ellas se tradujo el Popol Vuh!.

Finalmente y tras un nuevo alto en Katok, volvimos a Guate, a descansar y planear el siguiente fin de semana. FOTOS AQUI

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