Al final tras mucho meditar, me decante por quedarme el fin de semana en Guatemala.
La noche del viernes, hablé con Pedro, el cual me invito a ir al cumpleaños de María José, su prima. El cumpleaños fue en Villa los Añejos, y estuvo muy bien, el único inconveniente fue que aun seguía un poco acatarrado, de batallas anteriores, y el aire acondicionado no ayudaba mucho en el proceso, así que a eso de las 12:30 me regresé a casa, para descansar un poco.
La mañana del sábado, empezó como cualquier otra mañana, tarde, con un Nesquik con leche y la bollería que tocará (en este caso creo que toco Chip Ahoi!). Todo dentro del guión, hasta que de repente llaman al timbre de casa, y con el uniforme de sábado mañanero (Pantalón corto, camiseta deportiva, calcetines y chanclas) cogí el interfono (La cosa o el chisme por el que se habla con el portal) y de repente llega la pregunta “Don, Pablo, ¿Sabe usted como llamar a un teléfono de España?” le respondí que sí a Don Marvin (uno de nuestros porteros) y le empecé a decir una serie de indicaciones: que si el prefijo internacional, que si el nacional, que sí la diferencia entre móvil y fijo, cuando de repente ante la avalancha de datos me contesta “espere un momento, que le paso con la señorita” y yo ahí con mi pantalón corto flipandolo cada vez más; de repente de nuevo una voz muy bonita, con un acento español que no lograba determinar me pidió la misma información y de nuevo empecé con la retahíla de datos, al final viendo que ni yo me estaba aclarando con la información que estaba dando, me decante por bajar a la portería y explicar in-situ lo que había que explicar.
Cuando llegué, la chica ya había conseguido hacer la llamada, y al mismo tiempo que ella hablaba con España, yo recibía la llamada inversa de mis padres, y ya que el ascensor no me iba a permitir mantener la comunicación, me quede en la puerta de nuestro portal ha hablar con mis padres.
Tras finalizar mi llamada y la chica la suya, me dio las gracias por haberla ayudado a llamar a España, a sus abuelos (yo lo seguía flipando un poco al ver como alguien con un acento tan español, aunque poco definido, no sabía como llamar a España, pero pronto llego la explicación).
Nos presentamos “Yo soy Pablo”, “Yo soy Sara, y esta es mi amiga Sarah” me pregunto que si era español, a lo que lógicamente contesto que sí, ella me respondió que ella era mitá-mitá (expresión Made in Guatemala) española (por parte de madre) y estadounidense (por parte de padre) y que ella había nacido y vivido casi toda su vida en Estados Unidos, con lo cual ya conseguí entender por que no conocía el prefijo de España, y descubrir por que lo curioso de su acento.
Tras hablar un rato más con ellas, acerca de su trabajo (Una beca de dos meses en la Embajada de Estados Unidos) y de conocer que ese día era el día de su cumpleaños, intercambiamos los números de teléfono y les prometí llamarles por la tarde para presentarlas a la “Mara Santa Clara”. Tras eso, ellas se fueron con gente de su embajada a un evento que habían organizado.
De nuevo en casa, llamada de las “Mara de Pana”, los cuales se iban a unir a la “Mara Santa Clara”, y que ya que el día 24 (noche de San Juan) era el cumple de María había que celebrarlo a lo grande con una cenita “Tipical Spanish” y como no fiesta, fiesta y fiesta.
Toda la tarde la pasamos de trajín, hiendo al Super, pelando patatas, limpiando verdura, preparando la carne, en fin pasando un agradable rato en la cocina. Para el final ¡¿qué?! Ventilarnos la comida en un abrir y cerrar de ojos, pero bueno es uno de los grandes misterios de la cocina. Por cierto la tortilla de muerte y los champis con pimientos y bacón deliciosos.
Tras la cena y con la incorporación a la misma de Sara y Sarah tocaba la fiesta en el Gabanna 1880 nuevo lugar de moda (a ver cuanto dura) y después lo de siempre, sí os lo podéis imaginar, fiesta en… no es necesario que ponga el número, ya lo conocéis de sobra. Al after-party se unieron, Pacome y Johana, Adrian y Jeff y toda la peña de The Box y la tropa del Trovajazz, con lo cual os podéis imaginar la cantidad de gente que se unió en el piso.
Ya que la multitud que acudió y la fecha propicia lo indicaba, con dos botellas de Orujo del bueno (nada de orujo gallego o mariconadas por el estilo) nos montamos una buena queimada. Y con la ayuda de mis neuronas, y la del ordenador pudimos hacer un bonito y vistoso Conxuro da Queimada, al cual invitamos a probar a los asistentes.
Solo algunos valientes pasaron la prueba de fuego (nunca mejor dicho) y tras reencender de nuevo la queimada (hasta en dos ocasiones) conseguimos rebajar el contenido alcohólico a niveles aceptables por la gente (solo yo conseguí aceptar de buen grado la primera y la segunda destilación). Finalmente, por fin acabo la fiesta, ¡¡¡SOBREVIVIMOS!!! Y un menda se fue a la cama, a descansar un rato.
El domingo fue un día pasado por agua, pero no llovió. ¡Bien!, me explicaré, el día básicamente consistió en un opíparo desayuno preparado por María y Olalla (faltaron los frijoles) y bueno el resto del día a alguien se le ocurrió decir “¿Por qué no vemos una serie?” y bueno todo el día nos pusimos a ver HEROES (Joder, otra serie a la que me he enganchado, ¡esto no puede ser!) y a beber agua, en concreto alrededor de unos 12 litros de agua, un tambo entero, prácticamente en su totalidad entre María, Olalla y yo, y ¿Por qué lo del agua?, bueno ya sabéis lo que dice el medico “Conviene HIDRATARSE mucho”.
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