DE VIAJE: FLORES Y TIKAL

De nuevo otra semana más, tocaba escapar de la urbe hacia algún lugar recóndito de Guatemala y bueno pues a bote pronto, lo más recóndito que encontramos, aunque lo hay más, fue Tikal en el Departamento de Petén.

Así que a eso de las diez de la noche pillamos un bus para Flores, 8 horitas de camino, muy aconsejable y reconfortante, la próxima vez me arruino y pillo el vuelo directo a Santa Elena :__) Debido al regocijo de la situación brindamos con una copita de ron, de esas que ayudan a dormir, a dormir si consigues una postura decente, lo cual fue imposible en mi caso, ya que como íbamos en la zona bussiness del autobús, tenia espacio suficiente para estirar las piernas. Tras llegar sobre las 7 de la mañana y acomodar los bártulos en el hotel, y pegarnos una sana duchita, nos pusimos en camino a Tikal y tras una hora de viaje llegamos al parque.

Tikal, ¿Qué os puedo contar de Tikal?, bueno la verdad es que como dice el refrán, “A buen entendedor, pocas palabras bastan” o “vale más una imagen que mil palabras” os dejo las 123 fotos que saque de Tikal y así podéis juzgarlo vosotros mismos.

Después de la primera visita a Tikal, ya que habrá más, salimos del parque y nos fuimos a hacer Canopy (Tirolina), la verdad es que la primera bajada, como me cedieron la primera plaza, pese a que quise ser un caballero y dar aso a mis compañeras de viaje primero, pues la verdad es que lo de tirarse desde un alambre de un árbol sumándole el vació selvático de por medio a otro árbol daba un poco de respeto, pero después de ver la plataforma en el árbol donde esperábamos la próxima bajada, la verdad es que prefería el cable que la plataforma de madera. En síntesis diversión en estado puro.

Tras volver al hotel y volvernos a pegar otra duchita nos fuimos a dar una vuelta por Flores y tras la cenita y el agradable bailoteo reggaeton+salsa en la sauna conocida como Adictos (Sauna o Pub, no me quedo muy claro) nos piramos a descansar, previa ducha, que bueno el calor y la humedad impresionantes, y aun no estamos en la época más calida.

El Domingo, tras discutir un rato si íbamos a unas ruinas o a unas grutas o aun pueblo o aun zoo o a un… Al final no fuimos a ningún sitio, eso sí dimos una vuelta por Flores y la verdad es que las vistas al lago ya merecían la pena.

La vuelta, pues más de lo mismo, pero no se si porque el bus era más cómodo, estábamos más cansados o el sueño apretaba pues me resulto mucho más confortable la vuelta a casa.