DIVING IS FUN...IN UTILA

El puente de Mayo había que aprovecharlo a tope, así que nos montamos un fin de semana largo y había que aprovecharlo al máximo, así que con la inestimable colaboración de Chisco, nos decantamos por el viaje a Utila, para hace real la frase “DIVING IS FUN”. Tras salir tarde de Guatemala, gracias a la inestimable colaboración de la jefa de María. Nos pusimos en ruta hacia Copan Honduras, para cruzar la frontera y dirigirnos hacia La Ceiba, localidad donde tendríamos que agarrar el Ferry la mañana siguiente.

Tras llegar destrozados a eso de las 5:30 de la mañana, buscamos un Hotel donde tirarnos dos o 3 horitas antes de agarrar el ferry. Por desgracia lo de Hotel, bueno, donde dormimos, bueno donde intentamos no vomitar, bueno utilizando la mitología Tolkeniana, “una caverna infesta por el Hedor de los Orcos de Moria hubiera tenido más glamour” las fotos, quede claro, engañana.

Tras salir de aquel antro de la Bestia, nos fuimos al embarcadero del ferry, y tras una hora de travesía llegamos a Utila, dejamos los trastos en el hotel y nos fuimos a BICD a preparar los equipos para la inmersión en aguas confinadas. Fuimos a comer a Bundu y vimos el mejor ejemplo de cómo NO se deben construir unos pilares.

Tras el almuerzo, nos fuimos a tomar las primeras clases en piscina, para pillar un poco de confianza con el equipo y con los ejercicios que íbamos a realizar en aguas abiertas. Luego después de la siesta tocaba salir a Tranquila´s a tomar unas cervecitas y una buena y merecida cena y fiesta hasta bastante entrada la madrugada, ya que por suerte, no hay toque de queda en Honduras.

La mañana siguiente, paseo por Utila, merecido desayuno en Driftwood Café y visita a la playa local. Ya por la tarde primeras inmersiones en aguas abiertas, el espectáculo indescriptible, lastima que no haya fotos que lo ratifiquen. Entre inmersión e inmersión degustación de cocos, todos deberíamos tener una palmera en casa para poder hacer esto, con la novedad de probar el corazón de un coco que ya había empezado a germinar, toda una delicia.

Y ya en la noche cervecitas y cenita con los colegas, se unieron al evento Marta, Joseba y Diego, y retirada a tiempo, ya que el cuerpo no estaba pa fiestas y solo quería descansar, para aprovechar al máximo la mañana siguiente.

El día siguiente de nuevo desayuno-almuerzo opíparo, descanso en la habitación y nuevas sesión de inmersiones por la tarde, tras las cuales María y yo nos consagramos como OWD/PADI. Más tarde cenita para celebrarlo y como la noche anterior, el cansancio pudo con uno, que aprovecho para descansar el cuerpo.

Ya el martes desayuno contundente, cuanto voy a echar de menos los desayunos, paseo por Utila y despedida de la isla, camino de nuevo a La Ceiba para ponernos camino a Guatemala de nuevo. El viaje iba de maravilla, hasta que exploto una de las ruedas y fíjese que teníamos rueda de recambio, pero no teníamos llave de tuerca, asin que ha esperar un carro que pasara por allí, en el centro de una carretera de montaña muy transitada (conté unos 9 vehículos en una hora) de los cuales algunos pararon, apiadándose de las almas de María y Marta (que si llegamos a estar solo Chisco y yo no conseguimos que pare alguien ni aun vendiendo las nuestras) finalmente y tras varios intentos fallidos, conseguimos que alguien nos trajera unas llaves, la verdad es que les estamos súper agradecidos por ello, ya que fueron hasta su casa a unos 4 kilómetros de allí para volvernos a traer las llaves y ya poder retomar ruta a Guatemala, con una rueda de las de juguete, pero como estamos un poco locos y pensábamos que no nos iba a pinchar otra rueda (¿¿¿QUE OCURRENCIA NOOO???). Bueno por suerte los astros no se habían alineado de forma tan catastrófica esa noche y conseguimos llegar sanos y salvos a la city, destrozados pero contentos, sobre todo Chisco que se metió el solito unas 9 horas de carro. FOTOS AQUI