DE VIAJE: IZTAPA

Este fin de semana me he ido ha Iztapa. Iztapa fue el primer puerto guatemalteco del Pacífico. Al construirse Puerto San José en 1853, el reino de Iztapa… ¡¡¡LO SE!!! Solo queréis ver fotos que os cuente lo bien que me lo he pasado y esas cosas. ¡Ahí va!.

La verdad es que el fin de semana fue fabuloso, nos fuimos a la casa que tiene Chisco, un tío cojonudo que me invito apenas sin conocerme de nada, hecho por el que le estoy muy agradecido. El viaje se hizo un poco largo, ya que estuvimos casi una hora retenidos en la carretera, pero la espera mereció la pena. Antes de llegar a la casa tuvimos que coger (perdón quise decir agarrar) una lancha, ya que la zona no es accesible por carretera. Cuando llegamos a la casa, ya bastante entrada la noche nos pegamos un bañito en la piscina y me dispuse a beber mi primera copita de ron. La verdad es que la noche no prometía mucho, ya que estábamos un pelín cansados y tras la segunda copa nos fuimos a dormir.

El sábado fue mi primer día de playa, teniendo en cuenta que estamos a enero, no empieza mal la temporada playera. Por desgracia la playa estaba bastante lejos del mar, la verdad, tan lejos como que si saltas por la ventana de la casa te comes la arena de plano. Después del paseito hasta la playa, tuve mi primer contacto con la arena volcánica y tras verme rodeado por el Océano Pacifico, casas con tejado de paja y palmeras, le tome pronto el gustazo a lo que estaba viendo.

Mi primer baño en el pacífico fue maravilloso, ya que el agua no está a la misma temperatura que Santander, ya me entendéis. Por desgracia antes de ir a Guate le tenía que haber pedido la sombrilla playera al Kike, esa naranja que lleva todos los años a la playa, si el Racing se lo permite. En síntesis que ni crema ni leches en vinagre, ME QUEME, pero bueno, no es ninguna novedad. Después de pasear un ratito por la playa, regrese otra vez a la piscina y me dispuse a tomar otra copita de ron acompañada esta vez con unos nachos y un poco de coco, pero no como el que se toma en España, sino un coco de verdad, ¡que rico!.

A mediodía, aun en la piscina, llegaron dos chicas de Antigua a las que, en aquel momento no conocía de nada, me las presentaron y casualidades de la vida, una de ellas, María, reside en Santander, aunque es de Burgos (El mundo es un pañuelo). La otra chica, Idoia es de San Sebastián, como todos sabéis, la segunda ciudad más bonita del norte de España. En fin uno se alegra de conocer gente nueva y sobre todo si son agradables.

Tras varias horas intercalando necesidades básicas como comer, beber (ron), descansar en la hamaca y bañarse en la piscina y después de hablar de muchas cosas, ya sabéis, se empieza hablando de la puesta de sol y se acaba hablando de política, religión y fútbol, llego la noche y como es normal, nos pusimos a jugar un RISK, que es lo más normal del mundo, tras explicar un poco las reglas a los participantes, según el manual “En casa de Gustavo jugamos así” nos dispusimos a jugar una partidita, entretenida la verdad, aunque me tuve que aliar rápidamente, temiendo la invasión australiana, por lo que me llevé un gran abucheo del resto de jugadores. Tras acabar la partida a las 5 de la mañana, tras casi tres horas de juego y un final movido, en el cual salí derrotado, nuevamente me dispuse a dormitar.

Ya en el domingo, repetí casi al dedillo el plan establecido durante el sábado, es decir, playa, piscina, ron, hamaca etc. La variante del día fue el Cebiche que preparó Chisco, que he de confesar que estaba riquísimo, aunque pareciera que no me gustaba mucho, pero bueno los que me conocéis sabéis que no soy muy dado al marisco ni al tomate en crudo, pero uno se adapta a lo bueno rápidamente, como me adapte al Sushi y a la cerveza en unas rondas más ya estaré adaptado al Cebiche, lo que me costará un poco más es la adaptación a la michelada, pero bueno Dios dirá.

Tras conocer a nueva gente y despedirme de otras a las que espero volver a ver y pasar un buen rato con ellas, la noche se hecho de nuevo encima y tras recoger todo de nuevo y pillar la barca nos pusimos de nuevo rumbo a Guatemala. Antes de llegar a Guate, nos paramos a cenar en un restaurante, de la cadena Sarita, yo como no me pedí unos tacos, ¡que ricos! Y uso nachos con frijoles. Finalmente tras pagar la cuenta y despedirnos de nuevo, hicimos el último tramo hasta Guatemala, y tras ver unos capítulos de Perdidos, nos fuimos a descansar, pensado en el viajecito que nos esperaría la siguiente semana. Os dejo el enlace a todo el book de fotos.